Cruceros desde Nápoles

La Plaza del Plebiscito es uno de los verdaderos corazones de Nápoles, junto a la Via Toledo. Una inmensa plaza de 25.000m², enfrente al puerto y detrás del Castel Nuovo, donde se recorren algunos de los grandes monumentos de la ciudad como el Palacio Real, el Palacio de la Prefectura, el Palacio Salerno y la Basílica de San Francisco de Paula, con unas características similares a la plaza del Vaticano pero en formato miniatura. En el siglo XIX algunos de sus monumentos fueron derruidos para convertirla en un punto de referencia del plano urbano de la ciudad. En sus alrededores se encuentran lugares muy curiosos para fotografiar como el Tunnel della Vittoria y un espacio verde como el Parque del Molosiglio que linda con dos bellos muelles deportivos. Se ha convertido incluso en un centro de exposiciones al aire libre.

Erigida sobre el antiguo templo de Apolo, su construcción original como basílica fue obra del emperador Constantino en el siglo IV, para posteriormente ser derribada en el siglo XIII y convertirla en el monumento actual gracias a la familia real francesa de Anjou. Esta nueva reconversión la hizo adoptar un estilo neogótico en alguno de sus elementos ornamentales. Para los napolitanos más arraigados la catedral es referenciada como “Catedral Metropolitana, Catedral de la Asunción o Catedral de San Gennaro”. Los más creyentes dicen que en ella anualmente se producen 3 milagros. En su interior destaca con gran valor el baptisterio - el más antiguo de toda Europa Occidental - y las tres grandes naves centrales de 100m cada una, así como la Capilla de los Tesoros donde reposan los restos de San Gennaro (patrón de la ciudad) en una cripta de 1608.

La galería comercial más famosa de Nápoles fue construida entre 1887 y 1890. Es otro punto de visita obligatorio en tu recorrido por la ciudad. Aunque no es comparable a la Galería Víctor Manuel II de Milán, guarda una esmerada similitud. No es una calle de tiendas tradicional sino de un complejo arquitectónico con 4 “avenidas” recubiertas por altas bóvedas de cristal de hasta 56m de alto y que permiten salir a diferentes puntos de la ciudad como el Barrio Español, la Plaza del Plebiscito - donde radica el pórtico más bonito -, el Castel Nuevo y la Plaza Trieste y Trento. En su exterior se imponen las columnas de su entrada decoradas con figuras que representan las estaciones meteorológicas y los continentes. Es un placer dar un paseo por la Galería y ver como se realizó un proyecto de gran envergadura para reactivar la ciudad tras la Segunda Guerra Mundial.

Todo el mundo conoce la legendaria historia de Pompeya. Los restos de la ciudad se encuentran a unos 25km del centro de Nápoles con vistas al incombustible e imponente monte Vesubio. La ciudad fue arrasada por la erupción del propio volcán Vesubio en el año 79 d.C. y que dejó a todos los habitantes calcinados a 600ºC. Es increíble conocer y recorrer las antiguas calles y ver los restos fosilizados de lo que un día fue una tranquila ciudad del Imperio Romano, descubiertos en el siglo XVI tras unas arduas labores de excavaciones. Patrimonio de la Humanidad desde el año 1997, todavía se guardan entre su extensas ruinas edificios como el Foro, los Templo de Júpiter, el Templo de Apolo, el Templo de Venus, las Termas y 4 teatros. En total se pueden visitar unas 30 instalaciones. Es una de las experiencias más sorprendentes en cuanto a restos arqueológicos se refiere en el mundo. ¡Conoce la leyenda!

El volcán Vesubio está siempre relacionado con la legendaria historia de Pompeya. Este volcán activo se encuentra en la bahía de Nápoles, a escasos 9km de la capital y tiene una altura máxima de 1.281m sobre el nivel del mar. Ha sufrido varias erupciones a lo largo de la historia, pero la más famosa se produjo en el año 79 d.C., arrasando los municipios cercanos de Pompeya y Herculano. Lugar sagrado para griegos y romanos, turísticamente es un patrimonio natural único protegido de 135km2. Durante la subida y paseo por sus rutas, se puede acceder a distintas partes del monte para admirar los minerales y rocas volcánicas, disfrutar las explicaciones de las erupciones y admirar el Gran Cono, así como ver la mejor panorámica de Nápoles, Capri e Ischia. No hay mejor aventura que experimentar la sensación de estar caminando sobre un volcán activo. Algo difícil de repetir en la vida.